sábado, abril 09, 2005

¿En qué quedamos?

Triste... muy triste es el espectáculo que está dando el PSOE con las irregularidades descubiertas en Urgencias del Severo Ochoa, en Leganés. Primero, el pro-cónsul Rafael Simancas (si... quien puso a Tamayo y Cía en su candidatura, ¿recordáis?), viendo que podía aprovecharse políticamente de ese "escándalo", exige responsabilidades. Después, cuando Lamela coge el toro por los cuernos... quejas de todos lados (del lado izquierdo, por supuesto). Ahora, la propia De La Vogue, y la Ministra de Sanidad, dicen que quizás se hayan "precipitado" en sus decisiones (ceses fulminantes), desde la Comunidad de Madrid. Y yo pregunto:
¿tan raro es para la clase política socialista, que se depuren responsabilidades en el acto y de forma preventiva? O... ¿es lo normal lo que hacen los tripartitos en el Carmelo? Marear la perdiz, no es de personas serias, Sr. Simancas.
Máxime, cuando esas irregularidades, han podido costar la vida de pacientes.


«La ministra de Sanidad debió enviarme la denuncia de Leganés, pues peligraba la salud de ciudadanos»

Manuel Lamela / Consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid

El consejero de Sanidad de Madrid no se habría complicado la vida si no pensara que de verdad pasaba algo raro en el hospital Severo Ochoa de Leganés. Por eso, pese a que admite que la prudencia a veces cuesta cara, Manuel Lamela se reafirma en las decisiones tomadas por su departamento: la investigación de una posible mala praxis en el centro y la posterior destitución de la cúpula directiva. La denuncia anónima que desencadenó la crisis era «difícilmente tratable como tal», pues contenía datos confidenciales de historias clínicas y hablaba de «presuntos homicidios». A su juicio, la ministra de Sanidad debió enviar la denuncia a la Comunidad de Madrid al conocerla, pues podía estar en riesgo la salud de los ciudadanos.
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